“El núcleo de mi biblioteca lo forma la de mi padre. A los diecisiete o dieciocho años, cuando empecé a pasar la mayor parte de mi tiempo leyendo a solas, atacaba los libros del salón de mi padre tanto como las librerías de Estambul. Fue entonces cuando comencé a, si leía algo que me gustaba, llevármelo de la biblioteca de mi padre a la de mi cuarto y a colocarlo entre mis propios libros. Mi padre, feliz de que su hijo leyera, se alegraba de que añadiese a mi biblioteca algunos de sus libros y cuando veía en mis estantes alguno de sus antiguos volúmenes bromeaba conmigo diciendo: "Vaya, también este libro ha sido elevado a una alta categoría".”
- ler aqui o artigo completo do Nobel no El País.
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