quarta-feira, 22 de outubro de 2008

“LAS GLICINIAS DE FAULKNER”

“En la edad de descubrir, cuando uno empieza a leerlo, Faulkner es un modelo y un héroe, y su lado catastrófico más que disuadirnos de seguir su camino nos parece que confirma su grandeza.


El literato joven suele vivir en una adolescencia retardada, y en el ejercicio de su vocación hay una parte de impostura, de actuación más o menos premeditada. Más que a escribir dedica su esfuerzo a imaginarse escritor; lee y estudia en el espejo su actitud lectora; y su admiración la reserva sobre todo para escritores que lo son muy visiblemente, que actuaron o actúan como tales y dedican cierto esfuerzo a cultivar su personaje.


El literato joven, en otras palabras, es un fraude, y lo es más cuanto más auténtico se imagina, y puede llevar su devoción hacia otro escritor hasta el extremo de no darse cuenta de que en realidad no lo ha leído, tan sólo se ha dejado deslumbrar por una leyenda que es el espejo benévolo de su narcisismo.”


- ler aqui o artigo de Antonio Muñoz Molina para o El País.

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